18 jun 2008
¿Por amor al arte?
“Vivimos inversos en un universo sonoro que condiciona nuestra existencia y, sin embargo, no concedemos la atención necesaria al mundo de los sonidos organizados - la música – que nos rodea”.
A partir de la década de los noventas la música tiene un giro considerable, ya no es solo una contribución cultural, o emocional para cada individuo, si no que pasa a ser una importante estrategia de marketing donde la fama, la fortuna y el dinero son los grandes fines. No obstante los objetivos lucrativos están ligados de manera singular con el rock y el pop de los noventas, donde los medios (cualquiera útil) son indispensables para alcanzar el fin; ya no solo importa el echo de cantar bien o poseer un buen desplante escenografico, ahora la estética y el marketing ejecutor se unen.
Sin duda la finalidad del pop y el rock noventero (especialmente el de finales de los noventa) no es establecer grupos o intérpretes que perduren en el tiempo por su calidad vocal, si no que lucrar con su estética, su carisma articulado, sus mediáticas y controversiales vidas, todo con tal de obtener el beneficio o la ganancia monetaria. Existen casos emblemáticos donde la calidad o el contenido musical son bastante superficiales respecto a otros estilos musicales; las Boy Bands son un claro ejemplo de estos; grupos mediatizados y creados mediante casting, con la finalidad de lucrar con su mercancía (posters, albums, libros, figuras coleccionables etc.) mas que con su música.
Claro ejemplo de beneficio musical que Britney Spears o Christina Aguilera, en donde sus cuerpos juegan importante papel, aquel carisma que convence a cualquiera de poseer tal bondad. Pero poseen más dividendos por sus portadas en revistas que por sus discos o singles; a modo personal creo si su objetivo es lucrar o ganar dinero a base revistas, o vender sus vidas personales claramente lo logran.
Sin duda la prostitucion del pop de los noventa es algo sin igual en la industria musical, dejando grandes dividendos tanto para los “artistas” o interpretes, como a las grandes disqueras; que mas que discos prefabrican modelos estereotipados de vida. En conclusión vivimos en una época en donde si la fama y el protagonismo son los principales actores, no importan los medios para los cuales conseguirlos, claro ejemplo son las estrellas de Hollywood.
Andrés Rojas Burgos.
Email: ahrojasb@hotmail.com
