18 jun 2008

Fútbol el arte de la simulación

“Roberto “Condor” Rojas: “Yo me corté en el Maracaná”
"El 3 de septiembre de 1989, el por entonces arquero de la selección de Chile, Roberto “Cóndor” Rojas, en un encuentro por las eliminatorias del Mundial del ´90, jugado en el estadio Maracaná contra el seleccionado de Brasil, aprovechando que un espectador local arrojó una bengala al campo de juego, se tiró al piso simulando una herida y cortándose la frente con un bisturí, que llevaba en la manga del buzo, para que le saliera sangre.” Toda la prensa nacional informó del acto de poco apego a la vida del “Cóndor” Rojas, no solo poco apego a la vida, sino a su carrera futbolística ejemplar, ya que era el arquero de América Latina que tenia todos los meritos necesarios para enfrentar un partido de esa magnitud (considerémoslo un príncipe del fútbol). Lo que necesitaba Chile era suspender el partido para tener más oportunidades para clasificar al Mundial. El “Cóndor” Rojas vio en auto-flagelarse un medio loable para llegar al fin, considerado un beneficio. En el capitulo XVIII del Príncipe, comenta: “Y en las acciones de los hombres, y particularmente de los príncipes, donde no hay apelación posible, se atiende a los resultados. “ Este fragmento refleja la frase de el fin justifica los medios, pero a Roberto Rojas no fue tan perspicaz como lo esperamos y así de ser un “Príncipe” paso a ser un villano al no llegar al beneficio final. La moralidad del acto no es cuestionable si es bueno o si es malo, sino en este caso en la consecución de un fin. En la naturaleza del hombre el “Cóndor” demuestre ser un tipo ambicioso, es por esto que actúa así, esperaba tener un beneficio mayor, pero su acto fue escueto, ya que no planifico bien la estrategia, lo que lo llevo al fracaso. No se pone en dura que su fin era mantener cierta cohesión de los fanáticos, una unidad frente al deporte, por ejemplo, quedar clasificados significa gloria y esto insita al sentimiento patriota. ¿Pero donde dejamos la simulación y el disimular? Maquiavelo responde y define esta situación de Roberto “Cóndor” Rojas en apuntar ser un gran disimulador y simulador agregando además: “los hombres son tan simples y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar. Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres. La poca prudencia de los hombres impulsa a comenzar una cosa y, por las ventajas inmediatas que ella procura, no se percata del veneno que por debajo está escondido.”
Romina Valenzuela Gómez.