Vivimos en un mundo convulsionado, con una vida agitada y llena de preocupaciones en donde lo más importante pareciese ser, obtener más y más bienes para poseer más que el otro y escalar posiciones para alcanzar el poder (claro que en distintos niveles). Pretendemos poder ser más que nuestros padres, en muchos casos esto ligado directamente con salir de la pobreza y mejorar las condiciones de nuestras vidas para así poder darles, a su vez, una mejor, a nuestros hijos. Si analizamos lo anterior podemos decir que lo que tratamos de lograr es la anhelada “movilidad social”. Esta hoy en día no se ve tan lejana ya que existen muchos medios para poder lograrla, pero en la Antigua Grecia era inimaginable, el sólo hecho de considerarla como factible. Es más ni siquiera se podía optar a ser ciudadano si no se cumplía con una cantidad determinada de requerimientos y que fueron variando según lo impuesto por los respectivos gobernantes que iban asumiendo el poder. Es aquí donde se produce un gran problema con diversos conceptos ligados a la ciudadanía, como lo son: la participación en la política, la democracia, los regímenes de gobierno, etc. Esto si que no es nada ajeno a lo que acontece en la época contemporánea, por ejemplo podemos establecer que hoy se es ciudadano cuando se alcanza la mayoría de edad ya que es ahí donde podemos ejercer el derecho a voto, pero lamentablemente muchos jóvenes deciden no tomar la opción de iniciarse en el mundo de la participación política, al contrario de los griegos, para quienes la participación política era fundamental. A pesar de eso igual podemos decir que somos una sociedad altamente politizada en cuanto a la estructuración de las instituciones y a los preceptos socialmente aceptados en relación a lo que esta permitido y lo que esta prohibido. Tenemos una alta concepción del castigo al igual que los griegos, ya que su sistema político era el encargado de realizar las sentencias a los infractores de las reglas primeramente establecidas. Pero aún podemos ir más allá.
Vivimos en una sociedad que vive engañada pensando en que somos nosotros, los mismos ciudadanos quienes tomamos las decisiones. Pero esto no es así. El concepto errado aquí es el de Democracia. A mi parecer esta concepción, ligada por los griegos, ha sufrido innumerables mutaciones a lo largo de la historia, llegando a ser actualmente, algo completamente distinto a lo original. Siempre se nos ha enseñado que democracia es una forma de gobierno en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que le confieren legitimidad al representante. Pero claramente eso no es así, democracia intenta ser el gobierno de todos, pero lamentablemente hoy en día igualmente es el gobierno sólo de unos pocos. La Democracia para mi se auto sustenta en los preceptos anteriormente mencionados, pero que menos democrático que lo ocurrido hace tan sólo unos días en nuestro país, con la resolución del Tribunal Constitucional acerca de la píldora del día después.
¿Vivimos en democracia?
Francisco Echeverria M.