23 jun 2008
El Surgimiento del capitalismo y la Ética mercante.
Tras largos años de vivir en una configuración social muy distinta a la actual, los habitantes de los feudos comenzaron a ver en el exterior, en las villas y en las antiguas ciudades greco romanas, la posibilidad de originar una nueva forma de vida, con patrones de organización social completamente diferentes a los establecidos por la estructura feudal.
El establecimiento geográfico de los diferentes estamentos en las ciudades, y principalmente los artesanos, originaron el intercambio y el mercantilismo que sentaron las bases del capitalismo moderno. Sin lugar a dudas, este intercambio dio paso a un dinamismo comercial, sin precedentes en la historia, que permitió, entre otras cosas, el surgimiento de las nuevas y dinámicas clases sociales, que terminaron con la estructura estamental, y también originaron el enfrentamiento ideológico entre el nuevo sistema económico emergente y la iglesia católica.
El constante conflicto ideológico, dio origen, al surgimiento de las diferentes éticas en las variadas disciplinas existentes en la modernidad. A diferencia del consenso ético moral existente en el medio evo, en la modernidad, hay una división entre la moral, y los actos de los hombres, tanto en política, en el comercio, como también, en otras disciplinas.
Pero como bien sabemos, los cambios históricos a todo nivel, ocurren progresivamente, y no radicalmente, así entendemos, que la modernidad no comenzó de un día para otro, y que muchas de las características del medioevo, permanecieron durante largos años en el periodo renacentista y moderno. Así, surge en el renacimiento, la necesidad de convivencia entre la ideología y la moral católica, con las emergentes necesidades de progreso económico, basadas en el intercambio de mercancías en una primera instancia, y el intercambio monetario, la usura y el comercio, que se dieron mas tarde, y que podemos apreciar en su máxima expresión en nuestros días. Lo cual se consiguió con el renacer del hombre, entendiendo este concepto, como la desafección de las practicas morales católicas, que ataban al hombre a un comportamiento que impedía el surgimiento de una sociedad dinámica en cuanto a desarrollo científico como económico.
Podemos observar en los escritos de Tomás de Aquino, los primeros intentos por justificar la propiedad privada, la usura y el precio de las mercancías, en base a las ideas del pensamiento aristotélico, muestra del pensamiento renacentista, lo que refleja el intento racional en aquella época, por posibilitar la convivencia entre dicha ideología con el sistema económico emergente. En base a esto, nace la ética mercantil, la cual vemos plasmada en el manual de comercio que data del siglo XV, el cual apunta a que la dignidad del comerciante que reposa sobre el acto de comerciar en razón del bien común, lo que da origen al progreso y el bienestar publico y el comercio es justificado, por posibilitar el ornamento, y ser el motor de los estados modernos. Podemos detectar, entonces, una mezcla entre los valores cristianos y el sistema capitalista, que viene a cambiar el abastecimiento autárquico existente en el feudalismo.
La ideología profana se transformo en la base de las relaciones sociales modernas, el negocio es la principal forma de relación y lo sagrado es el dinero, desplazando progresivamente a la moral medieval y al teocentrismo. Así podemos verlo en el Mercader de Venecia, una obra impregnada de símbolos cristianos, donde las relaciones sociales se sustentan en el negocio, incluso, el propio matrimonio se muestra como un negocio rentable, y donde el préstamo, es por excelencia una de las características fundamentales de la modernidad, que permite el surgimiento de los bancos, dominados, como se muestra en la obra, inicialmente por los judíos, prestamistas por excelencia, puesto que la prohibición del préstamo estaba dirigida a los ciudadanos católicos y por ende, el judío asumió mala fama en los inicios de estas practicas oprimidas por los normas morales, lo que se ejemplifica claramente en la obra, con el carácter resentido del judío prestamista frente a la descalificación del ciudadano católico.
‘’El fin justifica los medios’’, es una frase, que representa en toda su magnificencia, el pensamiento moderno, tanto en el ámbito político que se plasma en la obra de Maquiavelo, como en las practicas comerciales. Por ende, los términos modernos de la revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad, no son mas que, la justificación y la voluntad del burgueses, para promover la libertad en el intercambio comercial, desplazar a la nobleza de sus puestos políticos, y de esta manera, instaurar en el naciente estado moderno, el motor de la economía, que será el sistema capitalista.
