19 jun 2008

Una Economía Maquiavélica

Es de notar como principios pasados determinan el presente para así relevar hacia una mirada futurista posterior. Nicolás Maquiavelo es de aquellos Renacentistas de los cuales sus extractos teóricos políticos contextuales determinan una directiva y, predominantemente, una mirada que se conserva en nuestra actualidad. Ya es así como todo gira en torno al Bien Común y no prioritariamente al Individualismo; parte de éste, pero en concordancia de grupos para su ejecutación y armonización social. Reflexiones son muchas, acciones poco incisivas, pero realmente…“¿El Fin justifica los medios?”, ¿Cuál es la determinante social influyente en la creación de consciencia particular? Simplemente, somos unos seres que nos dejamos llevar por el engaño, somos una sociedad realizada por el engaño, mas, ¿verdad se implora al disimulo, si somos de aquellos volubles, imitativos y de una naturaleza constante y regular? Es así como determinamos a la Economía, en parte, frente a la Naturaleza Maquiavélica reflejada en la misma experiencia y función social. Ésta no determina otra función o fin absoluto que conseguir Ganancias o Rentabilidad, y sus medios utilizables van mucho más allá de consideraciones morales, inclusive, sin considerarlas, ya que “el acto lo acusa, el resultado lo excusa”. Es decir, una consciencia propia, consciente de la realidad y frente a estos principios determinados de la historia, ¿podrá admitir un interés general al particular de las empresas económicas capitalistas que no poseen otro fin que generar lucro? Independientemente, nuestras consideraciones actuales a fines de expresar un descontento general no determinan un brusco cambio o desaparecimiento de éstas debido a que nuestra conducta invariable permite, como un principado: “con pocos actos de benignidad será más piadoso que otros ante su exceso, crean desórdenes”: con una llamada telefónica, un mensaje relevante del cual se plantee una solución a problemas económicos…Final: ¿seremos volubles? Como son de astutos (Zorros) aquellos grandes monopolios económicos (Fusión Metrópolis - VTR), ante un engaño aparente siempre encuentra un perseguidor. Somos seres palpables que ante soluciones, independiente de su calificación moral o inmoral, dirigimos nuestra atención a conveniencia, es así como de un gran problema determinamos nuestros problemas; “más placer con menos displacer”. Los monopolios no poseen otro fin que el dinero, y ante la aparente atención, independiente de los medios: Insumos más baratos para generar así mayor excedente, menores costos de producción (ya sean fijos como insumos; o variables como mano de obra), consiguen su fin primordial con mayor eficacia: conquistar la competencia y claramente, generar mayor ingreso. Así se distingue una Psicología Social potente (León) para atraer e influenciar masas. La prometedora unión monopolista adquiere un gran interés con beneficios ante necesidades inagotables que mantienen un orden y no su reprobación, independiente de la explotación que causaría o la desaparición de una fuerte parte del mercado como alternativa de producción. Así, conseguiría el fin añorado (Dinero) permitiendo una subsistencia y como diría nuestro renombrado autor: “Un príncipe no debe ser ni despreciable ni odioso”; he aquí expuesto el disimulo por parte de estas empresas monopolistas que independiente de sus medios o aparentes engaños (sin alterar lo ajeno: “un sujeto olvida mas rápido la muerte de su padre que la del patrimonio”, o sea, no producir una pérdida por ejemplo del televisor ante la gran tecnología) ante seres engañadores, producen su fin fundamental nombrado. Si…se acepta ¿el fin justifica los medios? ; Pasado…Presente…Futuro (Unilineal ante situaciones maquiavélicamente expuestas y afines concretas), una economía maquiavélica. Gino Bustos S.
dj-gino@hotmail.com